Lunes 29/11
1- BLANCA CUENCA DE MOYANO
2- ADRIANA DELMA KOATZ
3- BEATRIZ IFRAN DE MOFFA
4- MARIA ELIDA ALBORNOZ
5- OLGA DELFINA CABRERA HANSEN
6- JUAN CARLOS BOCANERA
7- JUAN CARLOS RAMOS
Martes 30/11
1- VICTOR HUGO SALAMI
2- MARIA INES LUCHETTI DE BETTANIN
3- ELIDA DEHEZA
4- STELLA MARIS HERNANDEZ
5- CARLOS HUGO ARROYO
6- MARCOS ALCIDES OLIVERA
Miércoles 1/12
1- MAXIMO ANTONIO MUR
2- TERESITA DE JESUS MARCIANI
3- GLADYS TERESA GOMEZ
4- EDUARDO BENITO MARQUEZ
5- GLADYS NOEMI MARCIANI
lunes, 29 de noviembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
PONE EN CONOCIMIENTO. OFRECE PRUEBA
Sres. Fiscales
a/c Unidad de Asistencia DDHH:
Gladis Bonafede, Claudia Alejandra Nigro (Integrante de la agrupación UNIDOS POR LA MEMORIA Y ANTE EL OLVIDO) Juan José Noste (Vicedecano de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNR y presidente de la agrupación UNIDOS POR LA MEMORIA Y ANTE EL OLVIDO, Silvio Alcoba Rosa (Integrante de la agrupación UNIDOS POR LA MEMORIA Y ANTE EL OLVIDO), Sandra Michelón (Integrante de la agrupación UNIDOS POR LA MEMORIA Y ANTE EL OLVIDO), Georgina Caffi (Integrante de la agrupación UNIDOS POR LA MEMORIA Y ANTE EL OLVIDO), María Elena Milolasvich (congresal de CTERA), María Ángeles Sormani (Secretaria de Cultura de Consejo Directivo de AMSAFE provincial) Mauricio Plancich (Presidente del Concejo Deliberante de la Ciudad de Casilda), Pablo S. Tomat (Concejal de la ciudad de Casilda), Antonia Pierucci (Concejal de la ciudad de Casilda), Juan José Sarasola (concejal de la ciudad de Casilda), Jorgelina Andrich (Concejal de la ciudad de Casilda), Armando Yualé (Secretario General de AMSAFE Caseros), Carlos Del Frade (periodista historiador), Elida del Carmen Luna (Presidenta de FAMILIARES DE DESAPARECIDOS Y DETENIDOS POR RAZONES POLITICAS ROSARIO), Héctor Medina (Secretario Gremial de SITRATEL e integrante de FAMILIARES DE DESAPARECIDOS Y DETENIDOS POR RAZONES POLITICAS ROSARIO) Marta Bertolino (profesora titular UNR), Juan Rivero (ex concejal de la ciudad de Rosario), Cristian Rossi (Secretario del Comité Rosario del Partido Comunista), Laura Ferrer Varela (Secretaria COAD), Fabián Peralta (diputado nacional), Mónica Peralta (diputada nacional) Norma Ríos (presidente APDH Rosario), Diego Mattos (Secretario de Prensa de AMSAFE Rosario), Gustavo Bruffman (Secretario Gremial CONADU), en el marco de los autos “Feced Agustín y ot. s/ Homicidio, Violación y Torturas” (Expte 130/2004), con el patrocinio de las Dras. Luciana Censi, Gabriela Durruty, Jesica Pellegrini, Leticia Faccendini y Daniela Asinari, ante los sres. Fiscales nos presentamos y manifestamos:
I.- OBJETO.-
Que venimos por el presente a poner en su conocimiento distintos hechos con posible trascendencia o incumbencia penal en los cuales habría intervenido el Sr. Eugenio Segundo Zitelli, quien fuera capellán de la policía donde funcionó el Centro Clandestino de Detención en dependencias del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario (Unidad Regional II).
II. HECHOS.-
1.- Como adelantáramos, el Sr. Eugenio Segundo Zitelli, actual cura párroco con cargo de “Monseñor” de la Iglesia San Pedro Apóstol de la ciudad de Casilda, se desempeñó como capellán de la policía en los años 70 y hasta el inicio de la democracia, donde funcionó el Centro Clandestino de Detención en dependencias del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario (Unidad Regional II).
En dicha función, habría participado de las “misas, confesiones y entrevistas” con los detenidos y detenidas en la mencionada dependencia, en su carácter de capellán de la Policía, de lo cual resultaría una pieza mas para el funcionamiento y sostén del mecanismo represivo existente en ese sitio.
2.- Ello surge, de la propia declaración de Zitelli en un medio televisivo de la ciudad de Casilda en el programa “Contraluces”, conducido por el Sr. Francisco Campabadal en fecha 26.09.1995.
Así las cosas, no obstante acompañar a la presente, copia de la mencionada grabación y de la desgrabación literal de dicha entrevista, es oportuno resaltar algunos de sus dichos, consideraciones vertidas que a 22 años de democracia efectiva en el país, parecen mantener altivas lo que a vista es un criterio ideológico en el sacerdote, habida cuenta de que en su relato claramente se desprendería que asume un lugar jerárquico y se posiciona discursivamente en el sujeto parte del equipo represor, en tanto habla de sus “pares y compañeros”.
En este sentido, al ser preguntado sobre su labor como capellán, Zitelli manifiesta“…Bueno, la Policía de Rosario, de Jefatura de Rosario es una institución muy grande, tiene muchas áreas, varios cuerpos: infantería, Caballería, en aquel entonces, Bomberos, Escuela de Policía, Policía de Menores, yo trabajé mucho allí con Sacomano, con la Policía de Menores…”.
Preguntado por el periodista sobre cual es la función de un capellán cuando habla con los presos, el sacerdote manifiesta: “…le estoy hablando de los presos comunes, no cierto, después vamos a hablar de los presos…de los presos especiales, primero en forma personal después tenemos las charlas en formas grupales, los que quieren venir y teníamos misas mensuales, esto con los presos comunes, así que había una regla…”
Continúa el reportaje: “Yo recuerdo siempre como la guerrilla se inicio en Rosario… porque ellos saben muy bien cual era el cuidado, mi cuidado, yo nunca consentí apremios ilegales a nadie, ni al preso común ni al otro, tal es así, digo: ¿Con la Ley?, ¡con la Ley padre! Me dije, que no lo cumplieran alguna vez es otra cosa…”
Al referirse a los miembros de la policía manifiesta: “los dos primeros cabos nuestros caídos…bueno uno vio toda esa tremenda acción y entonces…después vino lo que vino en el país, que nadie desea que vuelva eso…pero esa es la realidad que vivía el país…”, Agustín Feced “…era el Jefe de la Policía, tenia a cargo toda la Jefatura de la Policía, toda la Unidad Regional cuarta, digo segunda….las directivas venían del comando”.
La Policía era “un lugar oficial de detención, no estaban escondidos en un lugar aparte…era un lugar oficial. Había una mesa de entradas con toda una lista, cuando me vienen a preguntar por tal o cual preso que me vinieron a preguntar muchísimas personas, yo donde tenia que ir a la oficina que correspondía, iba a preguntar Servicios de informaciones se llamaba la oficina, que iba o podía ir Usted yo, iba toda clase de gente, siempre había gente, preguntando por algún preso, familiar, lugar oficial y publico, una oficina publica”
“…No llegaban los presos de segundo orden. Allí los presos digamos de calibre, relacionados con la subversión y el terrorismo no venían allí, los llevaban al Ejercito, Gendarmería”
“…Había dos lugares en Subsuelo allí de la Alcaidía y un Subsuelo en el Servicios de Informaciones, había dos sectores. Dos sectores públicos, no eran clandestinos. Lógicamente que tenia, digamos un acceso mas restringido, no era tan fácil llegar, por todas las medidas de precaución. Pero era un lugar publico y conocido, no era clandestino”
El periodista pregunta si el capellán atendía a “unos” como a “otros” y Zitelli responde: “si, si si, cuando podía si, uno no puede forzar…tenia una relación muy fluida con las detenidas de la alcaidía eran mayormente jóvenes y mujeres jóvenes que estaban relacionadas digamos con la detención de la subversión”
A continuación el periodista le pregunta por un detenido en particular, el Sr. Darío Castagnani, a lo que responde:“fui a visitarlo, estaba detenido en un subsuelo, el lugar ese especial de los detenidos políticos, subversivos”…yo he atendido a decenas y decenas”.
En su relación con Feced y la policía manifiesta: “…Yo siempre a Feced le decía con la Ley…Padre con la ley si por favor”…Yo acompañé mas de treinta muertos, asesinados de la Policía, compañeros…muertos policías muertos, digamos de atentados terroristas y subversivos. Usted cree que esa situación dentro de la policía no incidía para la reacción de la gente, para la reacción de la represión. Usted cree que eso ayudaba…¡era una guerra tremenda!...Yo no justifico en absoluto las reacciones, pero me las explico”.
3.- Se transcribe a continuación el testimonio del ex sacerdote Santiago Maguire (26/08/95) que también se acompaña en grabación a la presente: “Llega por fin, me sacan de la celda, estábamos extenuados por mucha tortura yo estuve en un campo de concentración 12 días en Funes, encapuchados siempre, sin comer, por caminos de tierra me llevan en auto, no sé pensando que alguno lo podía seguir y aparezco en el 121 y estuve un mes y medio atado de noche y de día a la cama. En ese ínterin me hacen Consejo de Guerra, me dictan 15 años de reclusión. Podíamos vislumbrar algunos lúcidos de que no íbamos a estar tanto, porque no se podía mantener esa tesitura de los militares genocidas. No se olviden, que yo les estoy hablando de 1978, 78; mientras yo esperaba, en la… contra la pared, que apenas me podía tener y con las esposas, a 3 metros estaba Zitelli con Cuccidonchi. ¿Saben quién es Cuccidonchi? Fue el director de la cárcel de Coronda más cruel de la historia, pero con cara de bueno cual nipón en las películas de guerra de la segunda guerra mundial, que cuando salía el visitante…tocaba un timbre y lo liquidaba, así era.Fumando, tomando café los 2, Zitelli y el director este, por fin me hacen pasar, me hace pasar Zitelli, eran dos pares, “que tal cómo está” más que eso no pude hacer, mirarlo seriamente y decirle “y qué te parece”. Dice “yo estaba de paso por acá, yo estaba de paso… ¿y cómo anda?”, “¿y cómo puedo andar?” insisto, “muy mal, el Señor me asiste”. Lo desprecié con la mirada, todo lo que pude. Es lo menos que podía hacer.”
4.- Del Testimonio del Ing. Agr. Darío Castagnani (26/08/1995) que también se acompaña en grabación a la presente surge: “Salí en mayo del 77; no fui torturado, parece que estuve en la categoría de perejiles que se encuadraba en ese entonces. Estuve hasta el 6 de enero en Rosario, el 6 de enero como regalo de reyes, nos concentraron una madrugada y nos trasladaron a Coronda. En los días, apenas nos detuvieron, en la ruta acá, estuvimos en un entrepiso de la Jefatura de Rosario dónde vendado tres días, dónde todas la noches era el show de la tortura; era un entrepiso, lo que salió en Página/12 en su momento es correcto, la escalera, tengo un montón de anécdotas. Yo me acuerdo la primera noche que estuve, éramos como 20 vendados ahí y fueron bajando y torturando, bajando y torturando y no sé por qué quedamos los tres finales y el penúltimo, un chaqueño que después se lo denominó “el mataquito” porque era de origen indígena, cuando lo llamaron, que era para la tortura, en vez de bajarse por la escalera, se tiró. Así que quedamos dos esa noche no sé por qué, terminaron de tomar mate comieron y nos salvamos de la tortura, quedamos dos. No sé quién era el otro, yo vendado. Ese era el período de prueba, de entrada y después bajábamos al sótano que daba sobre la calle Dorrego y bueno era un poco como la salvación algo así, si llegaste al sótano, más o menos te salvaste y ahí era, bueno, no quiero relatar ahí todos los torturados, la miseria humana… y esto habrá sido 8 a 10 días que yo estaba. Mi suegra con militancia católica parece que en Casilda, se había movido y había llegado a que llegar a la influencia de Zitelli, que era el que podía tener… para saber cuál era mi paradero. Lo normal, era que cuándo te sacaban del sótano ibas para arriba, ibas para la investigación o para la tortura o las dos cosas. Entonces un día que me llaman, esto habrá sido a los 15 días, me llaman me vendan, tomás la escalera a los empujones, me llevé algo por delante, te lo llevás. Bueno yo pensé, bueno hasta ahora me salvé 15 días me salvé de tortura hoy no me salvo, me llevaron para arriba vendado, de hecho vendado me encontré con la pared me la llevé por delante y cuando llegué arriba, no sé si el primer piso más o menos, yo pienso que era el primer piso, me sacaron la venda y me dijeron “entrá ahí”. Entré y me encontré a este personaje llamado padre Zitelli que yo ni lo conocía; me dijo “siéntese hijo”, yo no me sentí muy hijo de él, pero me senté. Me explicó que las circunstancias eran muy duras, pero que aguantara que esto era una cosa circunstancial en la vida de no sé si era la república o la patria o de la nación, no me acuerdo bien, que tratara de aguantar que esto era circunstancial, que no me iba a pasar nada y que tratara de leer la Biblia, yo le dije “mire leer la Biblia allá… lo único que hay es tortura, palo y nada más no hay nada que leer”… “bueno yo le voy a hacer llegar un ejemplar de la Biblia”, cosa que nunca llegó ni a mí ni a nadie. Eso lo puedo decir, yo sé que lo vi, yo estaba en el sótano, el debe haber estado en el primer piso y que me llevaron hasta él vendado, después me sacaron la venda. Me dijeron entre ahí yo pensé que era la tortura, cuándo te sacaban del sótano como para investigarte, ya me sacaron otras veces y vuelvo a reiterar un poco… ehh… increíble no, si bien estaba en la categoría perejil pero no fui torturado, me pasaron la picana, un supuesto juez que me estaba juzgando una vez que me juzgaron, me pasaron la picana sin encenderla, “…te vamo a picanear te vamo a reventar”. He escuchado toda la tortura es cierto, como lo escuchaba yo la tenía que haber escuchado Zitelli, por que ha juzgar por los escalones que yo subí y que bajé era el mismo piso, así que Zitelli tiene que haberla escuchado y sabido.”
5.- Asimismo, en la causa “Díaz Bessone, Ramón Genaro y Otros, s/ Homicidio, violación, torturas,” (Expte. 120/08) actualmente en trámite ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal n° 2 de Rosario y por ante el Juzgado Federal n° 4 de Rosario (residual), Olga Cabrera Hansen manifiesta en su denuncia que: “Por presión de nuestros familiares se logra que el capellán de Alcaidía preste asistencia espiritual, se presentó, el cura Zitelli quien solo se indignó frente a las denuncias de violaciones, manifestando que le habían prometido que eso había terminado, respecto a las demás torturas manifiesta que son un medio para obtener información” y a posteriori solicita que se cite a indagatoria al capellán Zitelli.
6.- También, María de las Mercedes Sanfilippo, declara en la causa mencionada que: “… viene un sacerdote de apellido Zitelli quien, luego de escuchar mi exposición poniéndole en conocimiento de la gente desaparecida y de las torturas recibidas, no dio importancia a mis relatos interesándole solo el hecho de si me habían violado”.
7.- Por su parte, el periodista Carlos Del Frade, en su libro “El Rosario de Galtieri y de Feced” (Capítulo 7 Los fusilamientos y los curas del infierno) publica: “A raíz de estas declaraciones, un suboficial retirado de la policía provincial, destacó ante este cronista que "Zitelli miente”. A principios del 76, cuando me tocó hacer guardia en ese entrepiso que daba a la ochava de San Lorenzo y Dorrego, donde una escalera comunicaba a las piezas donde estaban, por separado, las mujeres y los hombres detenidos, asistí a una sesión de tortura donde él estaba presente". El ex integrante de la fuerza de seguridad que prestaba servicios cuando la Jefatura pedía colaboración a la unidad del departamento Caseros, recordó que "era un muchacho joven. Lo habían atado a una cama metálica, de esas que hay en los consultorios, con una manija que hacía abrir la cama a medida que aumentaba la electricidad que le aplicaban con la picana. Eso era destructor", indica el suboficial que quiso mantener el anonimato. Y agregó que "en esa oportunidad estaban presentes el comandante Agustín Feced y a su lado el padre Zitelli, así que no puede decir semejante mentira sobre que no había o no sabía si se torturaba". Cuando este diario le preguntó si podía haber sido otra persona, otro sacerdote, el ex policía contestó que "no. Es imposible que me equivoque porque lo conozco de verlo tantas veces en la ciudad de Casilda".
8.- Asimismo, María Inés Luccheti de Bettanin fue testigo y victima del accionar de Zitelli en el Servicio de Informaciones, lo cual se puede vislumbrar en sus declaraciones y denuncias en la causa.
III.- CONTEXTO HISTORICO.-
III. a) La iglesia y los años sesenta
El 11 de octubre de 1962 comenzó uno de los capítulos que mayores movimientos originó en el interior de la Iglesia Católica, el Concilio Vaticano II. La idea fue del papa Juan XXIII. Su propuesta fue ventilar la institución. Nada fue igual a partir del concilio.
Entre sus principales consecuencias, se encuentran ‑sin dudas‑ las Conferencias Episcopales Latinoamericanas de Medellín, Puebla y Santo Domingo, más allá que la primera se había dado en Río de Janeiro en 1955 pero que no tuvo la repercusión social, cultural y política de las otras.
Le tocó conducir a Pablo VI los cimbronazos del Concilio en todas partes del mundo.
Una figura surgida de la arquidiócesis rosarina, monseñor Antonio Caggiano será el principal inductor de ideas fuerzas que luego se convirtieron en el piso consciente e inconsciente del sentido común.
En forma paralela, las raíces de la institución serían conmovidas por el Concilio Vaticano II y a partir de ese momento, un espiral de contradicciones aparecería en las sociedades del tercer mundo.
Los socios del poder y los marginados por ese mismo poder tendrían como escenario sintetizador al amplio campo de la iglesia católica argentina, dos referentes: Caggiano y Onganía.
El coronel Juan Francisco Guevara, que perteneció a la plana mayor del general Eduardo Lonardi, fue el mascarón de proa de un proyecto político ‑ cultural que Rogelio García Lupo definió como "una sociedad secreta" que vinculara los empresarios católicos más poderosos, los militares y la jerarquía, a usanza de las experiencias de la derecha francesa.
Se hizo representante de Cité Catholique, el grupo de militares franceses que habían participado durante las guerras coloniales contra los pueblos de Indochina y Argelia, y luego comenzó a traducir y editar la revista Verbe, divulgando la obra del escritor francés Jean Ousset. Este hombre escribió "El marxismo leninismo" y su traducción al español correspondió a Guevara, mientras que el prólogo de la edición argentina fue producto del cardenal Antonio Caggiano, el mismo que había introducido el Opus Dei en la Argentina, en 1950, cuando fuera arzobispo de Rosario.
Ousset decía que "o la iglesia da su sentido a la sociedad o esta sociedad se ordenará en contra de ella. La neutralidad es imposible. Es imposible que una doctrina no reine sobre el Estado. Cuando no es la doctrina de la Verdad será una doctrina del error".
El arzobispo de Paraná, monseñor Adolfo Tortolo, decía que "Dios no es neutral. Aprueba o desaprueba; en él no cabe tercera posición. Nadie puede servir a dos señores". Era el anticipo de la alianza del poder profundo.
Lo dijo el 23 de agosto de 1963. Cinco años después, Tortolo se convertiría en el vicario castrense, reemplazando en el puesto, nada menos que a Antonio Caggiano. Sería vicario hasta 1981. Sus arengas serían la justificación ideológica de la dictadura más sangrienta de la historia argentina.
En forma simultánea, Cité Catholique argentina y la Obra de Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey, surgieron en el país.
Tres generales participaron de aquel origen: Eduardo Señorans, Franciso Imaz y Eduardo Conessa. Comenzaron a desarrollarse los encuentros de adoctrinamiento, los llamados cursillos de cristiandad en los que participaron militares en actividad, entre ellos el general Alejandro Lanusse. En 1966, el general Onganía comenzó a formar parte de estos cursillos.
Rogelio García Lupo describió la influencia de tal partido secreto: "el primer gabinete ministerial de Onganía se constituyó básicamente con los hombres de Cité Catholique, a la que pertenecían, por lo menos, cuatro ministros: el de economía, Jorge Salimei, representante de capitales eclesiásticos y empresario que había dado empleo durante años a los generales Señorans y Conessa; el de Bienestar Social, Roberto Petracca, un industrial del vidrio que falleció poco tiempo después; el de promoción y asistencia a la Comunidad, Roberto Gorostiaga, que renunció al cabo de algunos meses, y el de Interior, Enrique Martínez Paz, miembro notorio de la Hermandad del Santo Viático, una organización católica cuyos miembros pueden administrar los sacramentos a un moribundo si no hay un sacerdote cerca".
Entre 1964 y 1967, se concretaron 49 retiros espirituales o cursillos, con presencia mayoritaria de personas provenientes de Córdoba. Para Lupo, "el cónclave de 1966 liquidó el gobierno de Illia; el de 1967, a los hermanos Alsogaray".
En el notable libro de Tomás Abraham, "Historias de la Argentina Deseada", el filósofo titula a la época del onganiato como "introducción a la vida fascista".
"En el año 1966 llega al poder en nuestro país un grupo dirigente sembrado de intelectuales de buen nivel...Eran claros en el sentido de que había un acuerdo sobre lo que debía ser la república, una ciudad católica. Oscuros porque no constituyeron un movimiento con un líder doctrinario, uno que agrupase en un movimiento las diferentes tendencias. Onganía era un líder político en busca de una doctrina nacional y católica aplicable al momento histórico de nuestro país", y Abraham es más contundente: "nada de lo que ocurrió en el Proceso hubiera sido posible sin la meticulosa preparación ideológica y cultural de la conocida Revolución Argentina".
Caggiano pontificó: "Estamos en plena lucha y no acabamos de persuadirnos de que se trata de lucha a muerte organizada y dirigida con inteligencia y sin frenos morales, llevada con decisión y sin rehuir medios de conquista...el marxista parte del supuesto de que el hombre es sólo materia y de que su origen obedece a un principio casual. Algún día demostrable por el cálculo de probabilidades, lógico es pensar en la evolución permanente indefinida de ese ser natural, centro del universo, dios de si mismo, artífice de su destino a la par que su propia víctima: que puede y debe ser sacrificada cuantas veces convenga a ese horrible Saturno que en vez de devorar a sus hijos, se devora a si mismos sin saciarse ni arrepentirse, porque de este autodevorarse obtiene el alimento que lo hace vivir, durar, perfeccionarse, crecer".
Pero para demostrar quién tiene el poder político en serio del país surgido un 25 de mayo de 1810, Onganía ‑‑luego de despojar a Arturo Illia de su lugar‑‑ estampa "su firma junto a los ministros, antes de que ‑‑por primera vez en la historia argentina‑‑ el Cardenal Primado Monseñor Caggiano ponga la suya en el libro rubricado de la patria", cuenta con ironía el ya citado Abraham.
En junio de 1967, Juan Carlos Aramburu es nombrado arzobispo coadjutor de Buenos Aires. En julio de aquel año, se prohibió que el sacerdote Jerónimo Podestá hablara en el Luna Park sobre la encíclica de Pablo VI. El clero tucumano empieza un conflicto con el gobierno de la provincia por la política social. El 15 de agosto se publica el Manifiesto de 18 Obispos del Tercer Mundo. El primero de diciembre renunció Podestá como obispo de Avellaneda. 270 clérigos argentinos adhieren al Manifiesto.
Aquel documento del 15 de agosto de 1967, se llamó el "Manifiesto de 18 Obispos del Tercer Mundo".
Los 18 firmantes fueron Helder Camara, arzobispo de Olinda y Recife, del Brasil; Jean Baptiste Da Mota e Alburqueque, arzobispo de Vitoria, del Brasil; Luis Gonzaga Fernández, de Vitoria, Brasil; Georges Mercier, obispo de Laghouat, Sahara, Argelia; Michel Darmancier, obispo de Wallis et Futuna, Oceanía; Armand Hubert, Heliópolis, Egipto; Angel Cuniberti, Florencia, Colombia; Serverino de Aguiar, Pernambuco, Brasil; Frank Franic, Split, Yugoslavia; Francisco Austregesilo de Mesquita, Pernambuco, Brasil; Gegoire Haddad, Melquita, Beirut, Líbano; Manuel Pereira da Costa, Paraibo, Brasil; Charles Van Melckebebke, China; Antonio Batista Fragoso, Ceará, Brasil; Etiene Loosdregt, Laos; Waldir Calheiros de Novais, Volta Redonda, Brasil; Jacques Grent, Maluku, Indonesia; y David Picao, obispo de Santos, Brasil.
"...en su peregrinación histórica terrenal, la Iglesia ha estado prácticamente siempre ligada al sistema político, social y económico que, en un momento de la historia, asegura el bien común o, al menos, cierto orden social.
Por otra parte las Iglesias se encuentran de tal manera ligadas al sistema, que parecen estar confundidos, unidos en una sola carne como un matrimonio. Pero la Iglesia tiene un solo esposo, Cristo. La Iglesia no está casada con ningún sistema, cualquiera que éste sea, y menos con "el imperialismo internacional del dinero" (Popularum Progressio), como lo estaba a la realeza, o al feudalismo del antiguo régimen y como tampoco lo estará mañana con tal o cual socialismo".
Definiciones como estas conmocionaron a los sacerdotes que se encontraban trabajando y desarrollando su pastoral en medio de barrios marginales de todas las naciones del Tercer Mundo.
En marzo de 1968, la dictadura expulsó a cuatro sacerdotes españoles que trabajaban en San Isidro.
En los primeros días de mayo se realizó el I Encuentro Nacional del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo con 21 participantes de 13 diócesis. Entre el 22 y 26 de agosto se concretó el Congreso Eucarístico de Bogotá, con la presencia de Pablo VI, seguido de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín.
El 15 de setiembre apareció el primer número de la revista Enlace, boletín de los sacerdotes del tercer mundo. Antonio Quarracino asume el obispado de Avellaneda.
El 18 de octubre se inicia la llamada crisis interna en la arquidiócesis de Rosario.
Cuatro días antes de la navidad, plantón ante la Casa Rosada y entrega de una carta al presidente Onganía.
El 27 de febrero de 1969, monseñor Aramburu ordena a los sacerdotes de Buenos Aires que se abstengan de acciones y declaraciones políticas.
El 17 de marzo, 28 sacerdotes de Rosario renuncian a sus cargos eclesiásticos. Perón apoya al Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo.
El 11 de abril, marcha del hambre en Villa Ocampo, en el norte santafesino. Un día después, el cardenal Caggiano criticó la participación de sacerdotes en la protesta social.
En mayo se organiza y realiza el II Encuentro del Movimiento en Colonia Caroya con ochenta participantes. Vendría el Cordobazo y los dos Rosariazos.
El 30 de junio, el Ministerio del Interior de la Nación le pide a la Iglesia que apoye al gobierno “sin claudicaciones”.
El 30 de noviembre, Juan Carlos Onganía, con la presencia de algunos obispos, consagra la nación a la Virgen de Luján. El Movimiento denuncia una manipulación política de devoción a la Virgen por parte de la dictadura.
III.- b) Los años setenta.-
En marzo de 1970, el obispo de Neuquén, Jaime de Nevares, apoya la lucha de los obreros del Chocón y se desata un conflicto en la diócesis de Corrientes. Hay suspensiones de sacerdotes y excomuniones. No se celebra el Te Deum del 25 de mayo y se realiza el III Encuentro del Movimiento en Santa Fe con 117 participantes. El 16 de junio asumió Roberto Levingston como presidente argentino.
Un mes después, José Rucci fue elegido secretario general de la CGT. El 8 de julio fue detenido el padre Alberto Carbone, acusado de conexión con el secuestro de Eugenio Aramburu, producido el 29 de mayo anterior.
El 31 de julio, la Sacra Rota, tribunal vaticano, confirma las penas canónicas contra los sacerdotes Marturet, Babín y Tiscornia, de Corrientes, impuestas por su obispo Vicentín. La sentencia define al Movimiento por el Tercer Mundo como “hábiles agitadores”.
Medio millar de eclesiásticos se declara en contra del movimiento.
Los sacerdotes Carlos Mugica y Hernán Benítez son detenidos por sus expresiones en el funeral de los guerrilleros Fernando Abal Medina y Carlos Ramus.
El 19 de febrero de 1971, el jefe de la policía santafesina denuncia la complicidad de dos conocidos sacerdotes en un caso de tenencia y uso de explosivos. Un día después, el obispo santafesino, Vicente Zazpe, defiende a los sacerdotes acusados y exige pruebas. El titular de la policía debe renunciar al no poder reunir elementos probatorios.
El 23 de mayo asume Alejandro Lanusse como presidente de los argentinos. El 24 de mayo son detenidos en Rosario varios sacerdotes del Movimiento a quienes se los quiere emparentar al secuestro del cónsul inglés, Stanley Silvestre.
El 16 de julio fue tomado el arzobispado de Córdoba por comunidades cristianas de base. En Perú se publica “Hacia una teología de la liberación”, del sacerdote Gustavo Gutiérrez. Se produce el IV Encuentro Nacional del Movimiento en San Antonio de Arredondo con 157 participantes.
El 2 de agosto son detenidos cuatro sacerdotes del movimiento en Rosario y al día siguiente es secuestrado Rubén Dri, en Resistencia, Chaco, también integrante de la organización. El obispo Italo Di Stefano envía una carta al ministro del Interior denunciando avances del poder político e informando que ha dejado su pectoral de obispo al sacerdote Dri hasta que este salga de la cárcel. El 18 de agosto, Zazpe envía una carta reservada a los sacerdotes del tercer mundo criticando algunas actitudes de los mismos.
El 27 de agosto, sacerdotes del movimiento de San Nicolás, se oponen a la construcción de una capilla por SOMISA.
El 17 de setiembre, el ejército allanó una casa de religiosas en Goya, Corrientes, denunciado por el obispo. Varios obispos, por otra parte, acusan de arbitrariedad a los responsables de la segunda detención de los sacerdotes del movimiento en Rosario. El 25 de setiembre, 49 sacerdotes del movimiento también son detenidos en Rosario que querían demostrar solidaridad con los otros curas detenidos.
El 6 de enero de 1972, otra vez detienen al padre Carbone por supuesta conexión con el ataque de Zárate. En abril serán medio millar los sacerdotes que pidan por la libertad de Carbone.
El 16 de agosto se inicia el V Encuentro Nacional del Movimiento en San Antonio de Arredondo. Seis días después se produciría la masacre de Trelew. Los sacerdotes Gill y Praolini son detenidos en La Rioja. Mugica y Vernazza acompañan el primer regreso de Perón al país. El 6 de diciembre, sesenta sacerdotes del Tercer Mundo se reúnen con el líder.
En marzo de 1973, Raúl Primatesta es nombrado cardenal. El Movimiento se pronuncia a favor de la fórmula justicialista. El 25 de mayo sale el último número de la revista Enlace. Cámpora asume la presidencia de la Nación.
Entre el 15 y 17 de agosto se produce el VI Encuentro Nacional del Movimiento. Hay una fractura y el grupo de los “40” se retira del encuentro.
El 11 de mayo de 1974, en momentos en que criticaba a los montoneros por una parte y se enfrentaba a López Rega por otra, es asesinado Carlos Mugica.
El primero de julio, muere Perón. Al día siguiente, Pío Laghi asume la nunciatura. No puede realizarse el VII Encuentro Nacional del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo.
El 23 de setiembre de 1975, una homilía del provicario castrense, Victorio Bonamín, durante un funeral de militares asesinados, es interpretada como un llamado al Ejército para hacerse cargo de la situación institucional.
En la Navidad de aquel año, Jorge Videla, emplaza al gobierno de María Isabel Martínez de Perón, a un plazo de noventa días.
En los primeros meses de 1976, son detenidos cuatro sacerdotes del Movimiento que nunca más aparecerán. El 3 de febrero son secuestrados y luego asesinados los sacerdotes Tedeschi y Soares.
El 24 de marzo se produce el golpe de estado más sangriento de la historia argentina.
"La noche previa al pronunciamiento, dos de los jefes de la conspiración ‑‑el general Jorge Rafael Videla y el almirante Emilio Massera‑‑ se reunieron con las cabezas del Episcopado en la sede del mismo, Paraguay 1867 de la Capital Federal. El mismo 24 de marzo los tres integrantes de la junta militar mantuvieron una larga sesión con el vicario castrense, según informa el diario La Nación del día siguiente. Al salir de esa entrevista Tortolo expresó que si bien "la Iglesia tiene su misión específica...hay circunstancias en las cuales no puede dejar de participar aun cuando se trate de problemas que hacen el orden específico del Estado".Instó a "cooperar positivamente" con el nuevo gobierno.
La opción política en reemplazo de la misión evangélica está claramente expuesta... Tortolo era arzobispo de Paran, vicario de las Fuerzas Armadas y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina", de "Iglesia y Dictadura", de Emilio Mignone, 1986.
Por su parte, la Asamblea Episcopal elige como presidente al cardenal Raúl Primatesta el 16 de mayo. El 4 de julio son asesinados cinco religiosos palotinos en una parroquia de Belgrano y catorce días después, otros dos miembros del Movimiento en la provincia de La Rioja. Enrique Angelelli, obispo riojano, es asesinado el 4 de agosto de aquel año.El 11 de julio de 1977 fue asesinado en Villa Ramallo, provincia de Buenos Aires, el obispo de San Nicolás, Carlos Horacio Ponce de León.
Un mes después, Miguel Ramondetti, que durante seis años fue secretario del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo, emprende el exilio, con un pasaporte argentino obtenido por la Nunciatura por instancias del obispo Jorge Novak y asciende al avión conjuntamente con el secretario del nuncio Pío Laghi.
En agosto de 1977, 47 sacerdotes del Movimiento habían abandonado el país.
Eugenio Segundo Zitelli ya era párroco de la policía santafesina desde 1964 y cinco años después habría formado parte del llamado movimiento Fidelidad que tuvo como objetivo “limpiar” a ciertos sacerdotes considerados del tercer mundo, como Santiago Mac Guire, en la zona del Bajo Saladillo.
Su historia personal, a partir de 1976, sería la misma que recorrió la policía de Rosario. Habría formado parte de una maquinaria estatal dispuesta a secuestrar, torturar y desaparecer personas.
IV. FUNDAMENTOS.-
Conforme lo relatado, surgiría que Zitelli, en su actividad como capellán, habría integrado la estructura del plan sistemático de represión clandestina e ilegal perpetrado en la ciudad de Rosario (en el ámbito del “Servicio de Informaciones” de la Unidad Regional II de la Policía de la Provincia de Santa Fe), junto con sus superiores Ramón Genaro DÍAZ BESSONE, Leopoldo Fortunato GALTIERI, Agustín Feced, José Carlos Antonio Scortechini, Carlos Moore, Mario Alfredo Marcote, José Rubén Lofiego, Rito Ramón Vergara, entre otros, y de esa manera habría conformado un grupo de personas destinado a cometer delitos en forma indeterminada en el marco del Terrorismo de Estado instaurado por la dictadura militar.
El caso del cura Zitelli, resultaría de similares características al caso del capellán “Von Wernich”, en tanto de las probanzas mencionadas ut supra se vislumbraría que el mismo concurría asiduamente al centro clandestino de detención, accedía a las zonas en las que se encontraban ilegalmente privadas de su libertad las víctimas, mantenía contacto directo con ellas y habría justificado los tormentos y torturas de los que eran objeto. En los fundamentos de la sentencia del Tribunal Oral Federal Nº 1 para el juicio aCRISTIAN VON WERNICH se reconoce que: “Hace ya más de 25 años que la Cámara Federal que sentenció en la aludida causa 13, dejó sentado que la sola estadía en los centros que integraron el plan 334 sistemático del terrorismo de estado, y en especial de aquellos en los que sucedieron los hechos hoy juzgados, es una tortura en sí misma. Así, de la cita transcripta al comienzo y a la que cabe remitirse, los jueces, luego de una detallada descripción de las condiciones en las que colocaban a las víctimas, concluyeron que: Todo ello debía seguramente crear en la víctima una sensación de pánico cuya magnitud no es fácil comprender ni imaginar, pero que, en sí, constituye también un horroroso tormento…”
“…El tiempo transcurrido desde ese histórico fallo y la evolución que se vivió en nuestro derecho y especialmente en materia de jurisprudencia en cuanto a la implicancia como tortura de esas probadas condiciones de cautiverio, facilitan el encuadre de los hechos atribuidos a Von Wernich. Es así que las condiciones en que se produjo la estadía de las víctimas de autos en los centros clandestinos contienen claramente todos los elementos típicos objetivos y subjetivos del delito previsto en el artículo 144 tercero del Código Penal, como es del caso el objeto procesal de la presente causa y también en lo que hace a la afectación moral de las víctimas, ya que no solamente se encuentra la intensidad y presencia de dolor físico como elemento típico, sino también el moral”. “En efecto, es tan torturador el que enchufa el cable en la pared como el que enciende la radio para que no se escuchen los gritos, el que pasa la picana por los genitales de la víctima, o el que llega después a “aconsejarle” que hable para no ser torturado nuevamente”.
Asimismo el fallo expresa con respecto a las privaciones ilegales de la libertad: “Se desprende de lo testimonios analizados que Von Wernich entre, los años 1976 y 1978, fue visto en los Centros Clandestinos de Detención, conformando el aparato represivo. Y no fue controvertido el hecho de que haya estado tanto en “COT1 Martínez” y “Puesto Vasco”, como en la “Brigada de Investigaciones de Quilmes” (o “Pozo De Quilmes”) y en la “Brigada de Investigaciones de La Plata”. Tampoco se discutió su presencia en la “Comisaría 5ta de La Plata” y en “Arana”. A su vez ha quedado probado que dentro de este sistema de detención, la clandestinidad en que se hallaban las víctimas constituye el carácter ilegal de la privación de la libertad. La pertenencia activa de Von Wernich al aparato represivo, lo vincula de manera irrefutable a la responsabilidad por las privaciones ilegales de la libertad sufridas por las víctimas de autos; en algunos casos por haberse contactado directamente con ellas y en otros, por la sola circunstancia de su presencia comprobada en forma contemporánea con los detenidos y la circulación libre del imputado por dichos centros”.
Conforme lo expuesto, la presente pretende poner en su conocimiento distintos hechos con trascendencia penal para así investigar la posible participación del ex Capellán Zitelli en el Servicio de Informaciones de la Unidad Regional II de Rosario, en tanto eslabón de la cadena del aparato represivo y de exterminio llevado adelante en dicho centro clandestino de detención.
V.- OFRECE PRUEBA.-
1-TESTIMONIAL: Solicitamos a VS. la declaración testimonial de las siguientes personas y cuyos demás datos serán aportados oportunamente:
a) Olga Cabrera Hansen
b) Maria Ines Luchetti de Bettanin
c) Héctor Medina
d) Carlos Del Frade
e) Francisco Campabadal
f) Claudia Nigro
g) Juan Jose Noste
h) Gladis Bonafede
i) Silvio Alcoba Rosa
2.- OFICIOS: Solicitamos a VS oficie:
A la secretaría de DDHH de la Nación a fin de que acompañe copias de los legajos formados por la CONADEP y por las leyes 24043, 24.411 y 25.914 sobre lo ocurrido a Santiago Maguire; Dario Castagnani; Olga Cabrera Hansen; María de las Mercedes Sanfilipo y María Ines Luchetti de Bettanin
3.- DOCUMENTAL:
1.- Grabación en DVD del programa “Contraluces” de fecha 26.09.95 emitido por Cable Visión Casilda.
2.- Grabación en video cassete del programa “Contraluces” de fecha 26.09.95 emitido por Cable Visión Casilda
3.- Desgrabación literal del video cassete realizada en 1995 por el grupo de DDHH “Unidos por la Memoria y Ante el Olvido” (UMANO) de la entrevista del programa “Contraluces”.
4.- Copias de las denuncias de Olga Cabrera Hansen y María de las Mercedes San Filippo, que constan en autos.
5.- Grabación en DVD de los testimonios de Darío Castagnani y Santiago Maguire.
6.- Copia del extracto citado correspondiente al libro “El Rosario de Galtieri y de Feced” del periodista Carlos Del Frade.
7.- Copia que consta en autos, de la declaración de Feced donde refiere a Zitelli como capellán.
8.- copia que consta en autos, del índice de declaraciones testimoniales donde se halla Zitelli.
VI.- PETITORIO.-
1.- Tenga presente los hechos que se han puesto en su conocimiento.
2.- Oportunamente, y en relación a los hechos de que fueran víctimas Santiago Maguire; Darío Castagnani; Olga Cabrera Hansen; María de las Mercedes Sanfilippo y María Inés Luchetti de Bettanin, solicite la declaración indagatoria del denunciado.
3.-. Tenga por ofrecidas las pruebas acompañadas.
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