Cuando los golpistas avanzan a pura tortura y muerte en Honduras, pese a la resistencia popular,
cuando la oligarquía (adornada de algunos preservativos parlantes) aplaude a Martínez de Hoz en la Rural,
cuando el oráculo apocalíptico de la derecha paqueta continúa con su diarrea verbal,
cuando el inundador de Santa Fe ciudad y responsable de las muertes del Diciembre Trágico en nuestra Provincia tiene (¡que frágil la memoria!) el 50 % de los votos de los santafesinos,
cuando a los niños de Tres Arroyos y si es posible del mundo hay “que molerlos a garrotazos o a cintazos” según un edil para “que no reincidan en la delincuencia”,
cuando el Playboy de Buenos Aires pone al Fino Palacios para terminar con el delito( hombre que formara y forma parte de bandas mafiosas incluida la del atentado a la AMIA) como dice el refrán... “cayó piedra sin llover”....
No casualmente, sino como parte de este contexto, quien supiera ser en tiempos no lejanos una referente en la Causa de los Derechos Humanos, Graciela Fernández Meijide, viene a hacer negocios con un libro sobre la etapa histórica más trágica de la Argentina, y en el camino , a decirnos “que las cifras que figuran en la Secretaría de los DD.HH. de la Nación sostienen que son 8000 y no 30.000 los desaparecidos de la última dictadura militar” (La Capital-4-8-09)
Y para no dejarnos dudas, nos aconseja: “deberían bajar penas por información” es decir, reconciliémonos con los genocidas, no seamos tan duros , ellos son buenos y hablarán.
La primer sensación al escucharla es de una profunda vergüenza, la misma que sentiría su hijo de 17 años, arrancado de su cama por esos genocidas una madrugada de octubre de 1976 y que sigue desaparecido. Fue parte de una redada contra jóvenes estudiantes del Colegio Nacional de Vicente López y militaba en la Juventud Guevarista.
Pero a poco de reflexionar, uno se enfría un poco y comienza a pensar en una línea coherente de prodecer de esos personajes que saben aprovechar la militancia para hacer su carrera política (y de paso, mejorar su economía personal) . Por suerte son muy pocos. Y marcan mejor la profunda diferencia entre los luchadores y los que claudican.
Debemos recordar que la Sra. Meijide fue parte del gobierno de la Alianza, que huyó dejando las calles del país regadas con la sangre de más de 50 asesinados por las fuerzas represivas, y que nunca tendrán justicia completa (entre ellos Pocho, Graciela, Juan...tantos...)
Luego de ese fallido paso por el mundo de la gran política, se fue del país (a Canadá) mientras miles desde las organizaciones de DD.HH. y el campo popular continuamos luchando por Juicio y Castigo, Cárcel Común y Efectiva, pidiendo por Julio López, buscando pruebas, dando testimonios, encontrando nuestros muertos, enseñando a los jóvenes a gritar Basta!. Ganando milímetros a la impunidad, avanzando un paso, retrocediendo dos, llevando a la cárcel a varios. Continuamos dando batallas inclaudicables a la muerte por hambre o por gatillo fácil, la desesperación de no ser, la falta de vivienda digna, la pobreza, la inequidad, el salario bastardeado, la desocupación y tantos otros males.
Su pensamiento es el de la Teoría de los Dos Demonios, del Punto Final y la Obediencia Debida de Alfonsín. Y miente a sabiendas y pide reconciliación en el momento en que denunciamos que las causas retroceden, demoran, tienen obstáculos permanentes dados por la complicidad, con muy pocas fisuras, del poder judicial, nunca depurado (Cozidoy Jueza Federal que declara en los diarios que nunca hubiera podido juzgar al genocida Galtieri por el gran cariño que sentía por él, acá, en Rosario, en un ejemplo irremplazable).
Todo En momentos en que necesitamos los mayores esfuerzos, las máximas denuncias, firmeza y claridad para llevar a los sanguinarios represores de la dictadura y sus cómplices intelectuales y civiles a la cárcel común. Luego de un juicio que desnude su bestialidad, su falta de remordimiento y la certeza de que volverían a cometer ese genocidio contra el pueblo a la primera oportunidad.
Mucho podría decirse sobre el porqué de la cifra de 30.000, hecha bandera por nuestros hombres y mujeres, jóvenes y adolescentes del pueblo. Recordados en los miles y miles que piden Justicia y Memoria por ellos cada día, no sólo en las multitudinarias marchas de los 24 de marzo.
Pero no queremos desviar la esencia y el eje del debate: los criminales no hablan, los que intentaron hacerlo fueron asesinados por sus camaradas de armas, el pacto de silencio y la cobardía perduran mucho más allá de sus palabras: perduran en la realidad tremenda del plan de hambre y exclusión para nuestros pueblos, pergeñado por el imperialismo y ejecutado por sus secuaces.
Por eso exigimos justicia y reivindicación para nuestros 30.000 que pagaron el precio con su vida.
Y así fuera uno, como exigimos por Julio López.
PORQUE NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS
Rosario,24 de agosto de 2009- Norma Rios (Nota Publicada en la pagina web de Memorias del Lugar).
lunes, 28 de septiembre de 2009
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